En este tiempo de cuarentena por el Covid-19, muchas familias han aprendido a estar juntas, conocerse un poco más y descubrir verdaderamente que hacen y quiénes son sus hijos, pues en el corre corre del día a día no lograban tener este acercamiento con ellos y mucho menos empatizar con sus necesidades.
Por ello este blog busca que las familias, entiendan un poco más quienes son sus hijos, entiendan su comunicación, empaticen con ellos y acorten esas distancias que muchas veces construyen sin darse cuenta.
En primera medida me gustaría indicarles de una forma sencilla que es la empatía y como empezar a practicar esta habilidad para entender muchísimo mejor a los hijos.
La empatía es la capacidad que tienen los seres humanos de percibir lo que sienten las otras personas, es decir, es intentar ponerse en los zapatos y la piel de las personas con las que quieren empatizar, en este caso sus hijos. Aunque es claro indicar que muchas veces los niños, adolescentes y jóvenes no expresan sus sentimientos y esto hace un poco más difícil el proceso de la empatía. Pero esto no puede ser una excusa para empezar a entrenarse, ya que se ha evidenciado desde el Neurodesarrollo que la empatía logra adquirirse en edades muy tempranas, por ejemplo: cuando un niño empieza a llorar después que ve a otro niño llorando, o cuando los niños le entregan un peluche a otro sabiendo que esto calmará su llanto, es aquí donde empieza el proceso de la empatía.
Entonces tenemos que tener claro en el proceso de la crianza que esta habilidad nos ayuda a tener un estilo de educación más respetuosa y comprensiva con los hijos. Pues las emociones que son aceptadas y escuchadas, es decir, les abrazo cuando están tristes, les consuelo cuando lloran, les brindo palabras de aliento cuando lo necesitan, aunque a mí como adulto me parezca que es una situación fácil de llevar, esto brinda cercanía y lograrán continuar sintiendo sus emociones con más facilidad y expresarlas cuando sea necesario en el ambiente familiar.
Pero cuando pasa que nos enojamos, les gritamos después de que nos cuentan una dificultad, y les decimos que su llanto es por “algo insignificante”, y que por eso jamás se llora, los hijos dejarán de expresarte a ti como padre sus emociones, la comunicación no será igual y empezarán a recurrir a otros lugares que si “entiendan” esa situación por la que puede estar pasando; recuerden que si apagamos sus emociones y no les damos esos espacios en casa para expresarlas, pueden empezar a desaparecer las emociones, sí, ellas desaparecen pero afortunadamente en el trascurso de la vida se recuperan esas emociones escondidas, en la medida que las personas empiezan a aceptar que sentir es natural y saludable.
PERO ¿CÓMO LOGRO SABER SI TENGO EMPATIA CON MI HIJO?
Leyendo lo anterior, creo que ya te has dado cuenta que tan empático eres con tus hijos, y la importancia de esta habilidad para tener relaciones sanas.
Pero ¿Soy verdaderamente empático con mi hijo? Te puedo indicar que si eres de los papás que niega de forma constante las emociones de sus hijos, definitivamente tu empatía se tiene que fortalecer.
Y quiero explicarte que es negar una emoción de forma práctica y con ejemplos, cuando estás llevando a tu hijo al colegio, y de un momento a otro te dice, “papá, mamá, no me gusta este cole” la respuesta de un padre que es poco empático es, “pero mira lo bonito que es, es grande, tiene parques, están tus amigos, y pagamos mucho dinero para que aprendas”, esto es negar las emociones, porque no conocemos a fondo su explicación, y no nos sentamos a pensar o analizar el porqué de su expresión. Recuerden que ustedes están para apoyar, tranquilizar, abrazar y conocer.
Y papás al negar une emoción, eso definitivamente los aleja de ti, los enoja y esto no permite la comunicación con ellos, pues con nuestras expresiones les estamos diciendo que lo que está sintiendo en el momento no es real, o que es muy pequeño para sentirse tan abrumado.
PERO ENTONCES ¿COMO HAGO PARA SER MAS EMPATICO?
Aquí quiero ponerte en varios contextos.
- Saca un momento para ti y analiza si tu manera de comunicar las cosas es poco empática y puedes utilizar los siguientes ejemplos, buscando responder como lo haces siempre:
- Tu hijo está jugando y de la nada te dice papá estoy aburrido!
- Tu hija en edad adolescente, va tarde para ir al colegio, no se levanta animada y de repente te dice, me siento mal, no quiero ir al colegio.
- Tu hija de tres años lleva dos horas mirando el plato de comida, y te dice, no quiero me duele el estómago.
Las respuestas de los padres muchas veces se tornan en: si estás jugando porque estás aburrido, o eres un mentiroso, no te duele el estómago, y una de las respuestas más fuertes que he escuchado en consulta es, yo tampoco quiero ir a trabajar y voy, así que tienes que ir al colegio ya mismo.
Como ves, muchas de estas respuestas no generan nada de empatía y no logran ningún tipo de comunicación con tu hijo.
Y sin darte cuenta el comportamiento de tu hijo cambia, manifestando su frustración de otra forma, dejando de comer, llorando, y estar en un constante enojo con sus padres.
- Después de analizar tu manera de comunicar, ahora detente un poco y piensa que les puede estar pasando cuando expresan este tipo de comentarios ¿Qué emoción sienten?
- Empieza a corregir tu forma de comunicar, por otra más empática, practica y lograras cambios.
¿CUALES SERAN LOS CAMBIOS?
- La comunicación mejora
- Mejorarán las relaciones con tu hijo
- Tu hijo empezara a conocerse y esto le ayudará a desarrollar su empatía
Y hablando de empatía y conocer el mundo de mi hijo, muchas familias me han preguntado como ser empáticos en el momento de un “enojo”, “pataleta” o “agresión”:
COMO REDIRECCIONAR UNA PATALETA
1. Comprender el contexto, es decir, empezar a pensar porque está enojado tu hijo, y tú más que nadie sabe que hay momentos donde se irritan como nosotros (porque tiene hambre, tiene sueño, o quería algo, que no se puede suplir) o simplemente es uno de sus enojos normales.
2. Buscando empatizar con su emoción. Pues esto genera procesos de no invalidar lo que él siente, pues si está enojado es por una situación en específico. A veces sus pataletas y enojos nos parecen absurdas, pero para ellos es válido frustrarse y enojarse. Entonces debemos validar lo que él dice: si Martín, yo entiendo lo que a ti te pasa o entiendo que estás enojado
3. Luego repetir todo lo que él dice, pero ¿para qué hacerlo?, pues aquí le estoy dando a entender que lo estoy escuchando y entendiendo su emoción.
4. En medio de ese enojo, se debe redirigir preguntas hacia cosas que a él le gusta (ahora juntos vamos a jugar, o vamos a ver tu programa de televisión juntos), buscando que él muchas veces diga que sí, ya que las palabras positivas en su lenguaje lo ayuda a que cambie su actitud.
5. Y cada cosa que prometas la debes cumplir. No importa lo que pase lo debes hacer. Y esto es para la familia en general.
Este camino de ser padres, genera dificultades, miedos y muchas veces ganas de “tirar la toalla” pero recuerden que su hijo es un ser humano como ustedes, que se frustra, se enoja, tiene miedos, angustias y no sabe cómo manejarlas, para ello están ustedes para acompañar el proceso.